domingo, 20 de junio de 2021

 

 

Entrevista a Susann Lobato, ganadora del VII Concurso Nacional de Poesía de Mujeres Scriptura


Foto: Archivo de la autora
Foto: Archivo de la autora
                                                          

 Cuéntanos un poco sobre ti y tu actividad literaria. ¿Cuándo comenzaste a escribir? ¿Cuáles fueron tus primeras lecturas poéticas y qué autores te influyeron?

Todo empezó con Cuentos completos de Hans Christian Andersen, si bien no es un libro de poesía, considero que es poético, ya que tiene descripciones impresionantes y fue mi primer acercamiento a seres que sufrían y soñaban pese a que no estaban vivos. Esa manera de expresar sensaciones me atrapó y siempre volvía a ese libro, aún vuelvo a él. A veces releo libros que me recuerdan sensaciones de cuando era una niña o adolescente. Los libros son la mejor analogía de la eternidad, ellos siempre están ahí y no cambian, pero nosotros sí.

Sobre autores que me influyeron, podría decir que aprendí de Emily Dickinson sobre cuán importante es ser breve y medular; de Teresa Wilms Montt cómo se puede destilar intensidad en los versos; de Watanabe la particularísima mirada que puede tener un poeta. Teillier me atravesó con esa nostalgia de un ser que no es de este mundo. Y, claro, Vallejo, me enseñó que, aun en un campo de excepciones como es la escritura, se puede lograr universalidad.

¿Cómo definirías a tu poesía?

Mi poesía nace de una necesidad. Es visceral. Los sueños y las sensaciones son más relevantes que las referencias. Es simple para que pueda ser entendida pero también es importante conservar esa naturaleza misteriosa.

También podría decir que mi poesía está subordinada, si bien no a una métrica o rima, sí está subordinada a un ritmo. Y es porque la concibo desde la oralidad por lo que debe sonar de una manera cadenciosa y específica.

¿Existe un objetivo que te gustaría lograr a través de la poesía? 

Quizá no tenga un objetivo en particular ya que concibo la escritura, sobre todo la poesía, como ejercicio que tiene un fin en sí mismo. Así que más allá de un perfeccionamiento de la creación misma no busco nada en particular en términos prácticos. Lo que sí me ha conmovido es el efecto que han tenido algunos poemas en personas cercanas al sentirse identificadas y hasta me han dicho que parece que ese poema hablara por ellas. Si bien ese nunca fue mi objetivo, ese efecto y el hecho de que exista alguien que haga suyo ese poema, es grandioso.

Háblanos de los libros y de los escritores a quienes te gusta leer en el presente.

 Borges es un escritor esencial para mí. Siempre vuelvo a él. En realidad, lo releo y cuando hago eso percibo que llego a una capa de comprensión cada vez más profunda. Es como recorrer un complejo laberinto de inferencias.

Me gusta leer actualmente a Wislawa Symborska porque tiene una poesía clara, profunda y filosófica. Amo esa nitidez que tiene para escribir y abordar temas tan profundos y universales. También, estoy disfrutando de la ironía poética de Cavafis. Su poesía estructurada, reflexiva e incluso erótica.

 



Tu libro “Amazona” resultó ganador del VII Concurso Nacional de Poesía de Mujeres Scriptura. Cuéntanos sobre el proceso creativo de este poemario y lo que este premio significa para ti.

Un antecedente de “Amazona” fue el entrenamiento en formas clásicas (liras, octavas reales y sextinas) para el Taller de Poesía de la maestría de Escritura Creativa de UNMSM. Si bien escribir con versos medidos y rima es complicado, esto me ayudó para posteriormente adquirir ritmo. Poco después, ya sin el corsé de la métrica, logré escribir el primer poema con verso libre llamado “Mujeres solas”. Luego, llegó “Amazona”, “Orgasmo”, “Monte” y “Cuerpo”. Cada poema tiene una carga visceral porque es una confesión de cuestiones íntimas que van desde la masturbación femenina, hasta la reconciliación con nuestro cuerpo y la aceptación de la soledad.

Llegó un momento en que este proceso visceral, casi inconsciente, se detuvo y advertí una recurrencia temática. Realmente, no había notado que siempre volvía al mundo interior femenino. Pero cuando lo noté solo continué escribiendo sobre ello, pero ya busqué abarcar otras dimensiones. 

Asimismo, leer el monólogo de Molly Bloom de "Ulises" fue crucial para redondear el eje de los poemas. ¿Quién más que la emblemática Molly Bloom y su flujo de libertad mental y corporal para terminar de darle forma al poemario? Por eso, el colofón de “Amazona” lleva las últimas líneas de la última página de Ulises de Joyce.

Ganar el VII Concurso Nacional de Poesía de Mujeres Scriptura ha sido muy importante para mí. Fundamentalmente porque necesitaba que un jurado evaluara con total objetividad y me dijera si tenía un mínimo de nivel para seguir escribiendo. Por eso, este concurso ha sido totalmente relevante para mí, ya que me motiva a seguir escribiendo y a esforzarme mucho más. Por otra parte, ver publicada tu obra es algo increíble. Es la materialización de un sueño. Estoy tan satisfecha con el extraordinario trabajo de Marita Troiano al editar el poemario. Me gusta desde la portada hasta la tipografía. Estoy muy agradecida.

Finalmente, ¿cuáles son tus planes literarios? ¿Estás trabajando en algún proyecto nuevo?

Estoy escribiendo un poemario lúdico que evoca temas existenciales a propósito de la pandemia. La cuarentena no me sirvió para escribir, pero sí para leer y corregir. Creo que para escribir las cosas no deben estar a flor de piel, hay que dejar que pase un tiempo porque debes permitirles que incuben en ti, que crezcan y tenga vida propia. Lamentablemente, en mi caso, es un proceso larguísimo. Debo esperar que los poemas surjan poco a poco.

También desearía terminar un libro de cuentos. Aunque aún no logro tomar las riendas de la narrativa y esta continúa siendo esquiva. Espero terminar ese conjunto de cuentos en el que busco mezclar la inocencia y la maldad mediante un lenguaje poético.





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