A principios del pasado mes de febrero se dieron a conocer los resultados del IV Concurso de Poesía de Mujeres Scriptura. Anteriormente tuvimos la oportunidad de entrevistar a Rebeca Urbina, la poeta ganadora del concurso, quien nos habló de su poética y en especial de su poemario Camping en el país de las maravillas, publicado primorosamente por Carpe Diem Editora. En esta ocasión, presentamos las impresiones de dos poetas acreedoras de las menciones honrosas: Úrsula Alvarado y Judith Bravo.
¿Cuándo comenzaste a escribir?
Úrsula Alvarado
Mi noviazgo con la literatura comenzó a los 9 años, luego de
leer “El Principito, pero recién a los 14 comencé a escribir algunos poemas
motivada por las clases de literatura, entonces llegaron los sonetos y esas
ganas de saber si podría con las rimas asonantes y consonantes. Recuerdo que en
aquel tiempo me impactaron mucho Bécquer y Amarilis y escribía de madrugada, pues la noche siempre tiene una melodía especial. Me sucedió lo que creo le
sucede a muchos, luego de un tiempo no me gustaban mis primeros poemas,
felizmente le hice caso a mi padre, siempre tan acertado, y los guardaba todos,
hasta que años más tarde una buena dosis de inspiración me permitió reinventarlos.
Entre el 2004 y 2006 participé en varios concursos en una entidad estatal en la cual laboraba y gané
varios premios tanto en poesía como en cuentos cortos. Esto fue muy alentador pues
me hizo creer en mi literatura y en 2007 creé mi blog personal para poder
compartir mis poemas con mis amigos al que titulé Luna Poetisa.
Judith Bravo
Escribo desde que estudiaba literatura en la Universidad
Federico Villarreal. Un día un profesor decidió formar un grupo poético,
entonces decidí escribir y participar, así al poco tiempo fui aceptada. El
grupo se llamaba Colmena y fue una aventura poética que duró un par de años, en
los cuales visitamos varias universidades y centros culturales regalando
recitales. Después de ello estuve un largo tiempo en silencio,
caí enferma y rezagué todas mis actividades, hasta que un día, varios años
después, sané y desperté con muchas ganas de vivir. Empecé a estudiar diseño
gráfico y web en La Universidad Nacional de Ingeniería. Un año después comencé filosofía
en la Universidad Ruiz de Montoya, entonces mi vida se llenó de colores, música
y un fuerte sentir; abordé con más detalle mi pensar y todo empezó nuevamente,
con más fuerza que antes, tal es así que la necesidad de escribir me es imperativa pues es la única forma que
encontré para detener por un tiempo el bullir constante de mi corazón.
¿Cómo defines tu poesía?
Úrsula Alvarado
Creo que mi poesía es melancólica. Seguramente se debe a que la
mayoría de mis poemas se han gestado en mis momentos más difíciles. Para mí son
como sollozos en verso, como gritos o lamentos en los cuales manifiesto algo
que en su momento no pude decir. Cada vez más me alejo de la rima inocente de
mis primeros años. Mis poemas van mutando y oscureciéndose, como queriendo
registrar mis mayores decepciones, pero de vez en cuando y como una brillante
nebulosa, siempre nace un poema lleno de luz.
Judith Bravo
Mi poesía es
intimista, reflexiva, irónica… increpa, grita, llora. Es, creo yo, una poesía
capaz de conmover a su lector y de generarle sentimientos que deben ser resueltos.
Trato de rescatar con la palabra el sentir conflictivo que en determinada circunstancia irrumpe fuerte en nuestras vidas. Bordeo mucho
temáticas como el amor, la familia, la soledad, el desamor, la tristeza, la
mujer, etc., los cuales son temas a los que no puedo evitar volver, pues me es necesario desenmarañarlos o entenderlos en alguna medida.
Háblanos del poemario que presentaste al Concurso Scriptura.
Úrsula Alvarado
Las
Voces Muertas trata el tema de la violencia de género. Los poemas corresponden
a diversas épocas y fueron inspirados por historias reales de diversas mujeres
que sufrieron la terrible enfermedad social del machismo. El poema clave que le
da el título al poema lo escribí hace año y medio, luego de haber escuchado la
conferencia de una gran periodista y amiga sobre la vida de las hermanas
Mirabal. El año pasado, cuando decidí participar en el concurso, reuní los
mejores poemas que había escrito sobre este tema y lo titulé “Las Voces
Muertas”, como el poema de las hermanas Mirabal, porque las mujeres que han
sufrido la violencia de cerca llevan sus peores heridas en el alma y algo
dentro de ellas muere, inevitablemente.
Judith Bravo:
El poemario Retrato de Familia, lo escribí en el 2011 junto a otros dos poemarios más: Goces y Mientras dormía, al enterarme por primera vez que existía un concurso
de poesía femenina llamado Scriptura, en el cual sentía que debía participar.
Fue un buen año, yo empezaba a estudiar filosofía y mi cabecita y cuerpo eran
el centro de un sinfín de emociones que pugnaban por manifestarse. Así que tomé
la mejor decisión, opté por escribir y escribir sin parar por algunos meses
hasta concluir estos poemarios, luego de ello mi corazón entró en sosiego y una
gran felicidad se apoderó de mí al ver mi sentir con forma de palabras.
El año 2011
participé en el III Concurso de Poesía de Mujeres Scriptura con mi poemario Goces y me
llevé una gran alegría al obtener una mención honrosa y Ricardo GonzálezVigil y Marita Troiano me obsequiaron
hermosas palabras sobre mis poemas. Ya había leído textos de ambos
autores, por eso fue un sueño estar
cerca de ellos y ser reconocida por mi quehacer poético.
Luego en el año
2013 decidí nuevamente participar en Scriptura con un poemario totalmente
diferente, "Retrato de Familia", al que precisamente ese año sometí a algunas
correcciones para que se escuchara como yo sentía que debía escucharse, y justo
el último día de entrega de trabajos lo llevé al Centro Cultural España,
deseando con todas mis fuerzas que sea leído y apreciado por el tono en el que
estaba escrito y que distaba muchísimo del primero. Cambié mi
seudónimo para participar en este concurso porque no deseaba que se me relacionara
con el anterior, así que opté por llamarme Dulce ironía, seudónimo además que
reafirma lo escrito en el poemario, pues muchas veces he sentido claramente que
mi vida es una ironía constante frente a la cual no me queda otro camino más que dulcificarla.
Algunos poemas
Úrsula Alvarado
BAJO AQUELLA MESITA
Se quedó dormida bajo la mesa de su cocina
se quedó retorcida en una esquinita
apoyada en una de sus patas
esa en donde viven las polillas
-al menos allí no hace frío
porque el mantel de cuadritos es largo
y llega hasta el piso-
Ella está allí solita y a oscuras
porque aún no ha amanecido.
Ella se despierta con el canto del gallo
se sobresalta allí en su guarida
pero no hace ruido
aunque se le hacen agüita aquellos ojos negros
cuando recuerda cómo jugaba con su hermana
a la casita cuando eran niñas
se escondían debajo de la misma mesa
cubierta de las mismas polillas
pero allí reían y reían
quién diría que ahora
estaría ella allí mismo
llorando y llorando
a escondidas.
Se tapa la boca con una de sus trenzas desechas
para no hacer ruido
y deja de llorar porque siente
como suenan los pasos malditos que llegan hasta ella
y cierra los ojos fuerte, muy fuerte
como si eso la hiciera invisible
y entonces él no la ve
y se sienta en una silla vieja
y come su pan serrano con queso fresco
y … ¡mierda!, no hay café… ¿dónde estará esta chola asquerosa…?
Traga y luego se va
dejando desierta la mesa
sale de casa pateando las gallinas
tirando la puerta
y entonces deja ella de contener el aliento
y llora ahora con ruido
con sollozo
a moco tendido.
Una niña escondida bajo la cama
entra gateando a la escena
porque siempre supo dónde estaba ella
se mete bajo la mesa y le limpia la cara con su propio vestido
y le da un besito
y la jala de las manos
que salga, que salga
que ya se fue y no vendrá nunca más
que qué dices niña le dice ella llorando
que no volverá porque le puse veneno
adentro del queso
que cuándo
que anoche
cuando la estaba golpeando
y ella llora y la abraza
mientras la niña dura
con rostro de vieja curtida
mira el horizonte
segura
o r g u l l o s a
de haber arrancado a su madre
de los brazos de la m u e r t e.
METAMORFOSIS INVERSA
He descubierto que estoy en alguna fase de mi metamorfosis.
No sé en cual
Solo sé que voy cambiando
m u t a n d o
tal vez muy lentamente
demasiado para mi gusto
En fin.
Cuando esta acabe seré oruga.
Mi metamorfosis es inversa.
Nací mariposa y poco a poco
he ido llorando mis colores hasta desgastarme
hasta arrancarme los vellos dorados de mi cuerpo…
Se me han pegado – en vez-
muchas pajitas de los troncos que me han golpeado
y he terminado tal y como ahora
algo escondida
cubriéndome del viento
tapándome con mis alas caídas
Mi metamorfosis es inversa
como el personaje de Kafka
que nació siendo brillante a la luz del día
y terminó ocultándose en sus propias sombras
Así como él nací
en el océano del verso
y termino ahora escribiendo escupitajos
que muchas veces no sé qué son
pero que sin embargo me reflejan
como el espejo de mi melancolía
y sigo mutando, lo seguiré haciendo
hasta que luego
seguro
solo yo entienda lo que escribo.
De Las Voces Muertas, segunda mención honrosa en el IV Concurso de Poesía de Mujeres Scriptura.
Judith Bravo
1
Mi
abuela
Nunca
quiso escuchar mi voz
pues
le asustaba
mi
rebeldía al hablar
y
mi poca creencia en su Dios
Por
eso
me
privó del cielo y de su amor
una
tarde que aún no logro olvidar.
2
Cuando
mi madre decidió hablar
Nadie
atinó a decir
de
donde procedía aquella voz
Todos
buscamos el inicio de su nombre
Buscamos
en todas partes de casa
pero
a nadie se le ocurrió prestar atención
a un lugar
El
único lugar en el que su tenue cuerpo habitaba.
3
Un
día sin más
mi
abuela cambió de vida
Cambió
sus ropas
por
unas más elegantes
Y
regaló sus muebles
…a
los más necesitados
Nosotros
que no teníamos ropas ni muebles
fuimos
el primer acto de filantropía
de nuestra querida abuela.
4
Mi
hermano
abandonado
en el tiempo
creció
como un espacio vacío, sin nombre
Un
día queriendo menguar su dolor
decidió
buscar a su padre
Al
no encontrarlo
Convenció
a mi madre
de
caminar al revés
de
volver atrás
y hablar en silencio
La
obligó a escribir bien su nombre
a
encontrar al padre
Y recordar sus penas.
5
…
Es simplemente un deseo
Quiero
Una mañana de poemas
Una tarde sin silencios
Y una noche ataviada de sueños
Quiero una vida…
Con cuatro lados
un par de pliegues
Y tres esquinas que converjan en mí
Quiero un hogar
Hecho con ramas verdes
sobre un tronco grueso y fuerte
Capaz de sostener mi nueva casa.
De Retrato de familia, tercera mención honrosa en el IV Concurso de Poesía de Mujeres Scriptura.